Muy interesante y divertido el show del intermedio de la 45 edición de la Super Bowl americana, que sin duda pasará a la historia por el nivel de sus invitados. Black Eyed Peas incendiaron durante 15 minutos el estadio de los Dallas Cowboys con un popurri de sus mejores éxitos para el que no dudarón en invitar a dos amigos de auténtico lujo: Slash guitarrista de Guns'n Roses, y Usher.